Lo primero que llama la atención de esta joya de los años 90 es su extraña y lynchiana portada. Una mujer con la mirada perdida y una mancha de sangre cayendole por la mejilla, quizás un cadaver, es la imagen elegida para un disco que abduce desde la primera escucha. Este es uno de los discos más enormes de la historia, accesible (de ahí su exito), pero que se desliza por terrenos perversos y oscuros. Un conjunto de hipnóticos ritmos, scratches malsanos, riffs hirientes, samplers ralentizados y percusiones repetiticas sobre los que se alza Beth Gibbons, una crooner subterranea. Gibbons interpreta con frialdad, cambiando la personalidad de su voz a favor del dramatimo y el misterio. Gibbons suena a corazón roto, a dolor y se hace casi insoportable oirla cantar repetidamente lo de "Nadie me ama, es cierto" en Sour Times.
Dummy esta poseido por un clima de melancolica maldad que te transporta al cine negro, repleto de criminales y sangre. Dummy es blues languido que construye paisajes ambientales feroces, frios, vanguardistas e industriales. Dummy es perfecto para una madrugada sin luna, para la hora de las brujas, un disco para seres impuros. IMPRESCINDIBLE.
1 -Mysterous
2 -Sour Times
3 -Strangers
4 -It Could Be Sweet
5 -Wandering Star
6 -It's a Fire
7 -Numb
8 -Roads
9 -Pedestal
10-Biscuit
11-Glory Box
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