martes, 15 de febrero de 2011

Tengo un Goya, pero nadie se acuerda de mi.


Anoche los premios cabezones cumplieron 25 años, más descafeinados que nunca a pesar de la polémica de días previos que amenaza puñaladas por la espalda. En España no sabemos ni matarnos bien. Triunfó la razón y los premios fueron a parar a Pa Negre, la dignísima película de Agustí Villaronga, al que posiblemente le cueste algo menos de 8 años volver a poner en marcha una película en esta ocasión. Se repitieron errores como no dar más protagonismo a Maribel Verdú (nuestra Jack Nicholson patria en lo que a ceremonias se refiere), dar un goya de honor a un director con muchas más películas nefastas que a recordar, no disparar a matar a la gente pesada que se acuerda de su familia, premiar a alguien de la familia Bardem que no sea el difunto Juan Antonio o a la nuera Penélope. Se subsanó el problema de la alfombra verde, pero se sigue premiando a niños que por muy bien que cumplan su función tienen una carrera más que dudosa, cuando es más probable que acaben siendo médicos, periodistas, electricistas o parados que actores con carrera. Mucha suerte para Francesc Colomer y Marina Comas, espero que nos os pase lo que a estos diez.

 
10. Ingrid Rubio

Ganó un Goya como actriz revelación por su papel de Paz, skingirl metida en líos, en Taxi (1996) de Carlos Saura. Trabajó como una china durante unos años hasta que con el cambio de siglo fue pasando de actriz protagonista a secundaria sin lustre. No tiene un papel protagonista desde 2006, año en el que coprotagonizó Trastorno, maravillosa película a tope de caspa, en la que intentaba quitarle el hijo a Naúsea Nimri.

9. Tamar Novas.

Como toda persona que movió un dedo en Mar Adentro, tuvo su propio cabezón. Cuando recogió su inmerecido premio en 2005 y el micro subía y bajaba sin parar para ridiculizarle pensé que era el justo castigo por llevarse un premio a casa, pero no… tuvo que llegar Almodovar y darle un papel espantoso en Los Abrazos Rotos (2009) para mandarle directo a las filas del INEM.
8. Benito Zambrano.

Cuando ganó su goya como director revelación por Solas (1999), parecía que se iba a comer el mundo pero más allá de esa notable película su curriculum luce menos que el de las protagonistas de la película revelación de aquella temporada. En los siguientes 10 años solo consiguió rodar una miniserie antes de la era de las miniseries y una película infecta, Habana Blues. En 2012 adaptará La Voz Dormida de Dulce Chacón y huele a 340 nominaciones, un premio y mucho cartón piedra.

7. Marieta Orozco.

Su goya lo ganó por Barrio (1998), del grandísimo director, mejor guionista y supremo perroflauta Fernando León de Aranoa. No me extraña que le dieran el premio, ser una chica de barrio que tiene que declamar semejantes líneas pretenciosas más propias de un poema de Góngora es digno de por lo menos el premio a mejor actriz en el festival comarcal de Las Hurdes. Hizo una peli con Marc Recha que estuvo en Cannes (Pau y su Hermano), se paseó por televisión sin serie fija y tuvo un comeback antes de los 30 como la traficante más puta de Mentiras y Gordas, pero ni por esas.

6. Mabel Rivera.

Actriz reconocida de la televisión gallega, debutó en cine ya madurita en Mar Adentro (Alejandro Amenabar, 2004). En esa catastrófica película, posiblemente lo más lamentable visto en una pantalla de cine en lo que llevamos de siglo, prácticamente todo actor con una línea de diálogo tuvo su cabezón y también le toco a la señora Rivera que lo ha rentabilizado con un par de líneas en El Orfanato de Belén Rueda y el papel de “mujer engañada” en las absurdas Mata-Haris de Iciar Bollaín. Afortunadamente, sigue en la tele gallega y en el teatro esperando cotizar lo suficiente para alcanzar a tener la pensión completa. Enhorabuena, otros no pueden decir lo mismo.

5. Jesús Carroza.

7 Virgenes (Alberto Rodriguez, 2005) le proporcionó un goya y el inicio de una carrera que de momento cuenta con frases en Che, After o Celda 211. Si eres capaz de reconocerle en alguna película Saber y Ganar está perdiendo un futuro ganador.

4. Andoni Erburu.

Elegido en un casting al que se presentó su hermano, el protagonista de Secretos del Corazón (1997) llegó hasta la ceremonia de los oscars con esta bella película de Montxo Armendariz. El mismo director le dio un papel con 4 frases en su siguiente película Silencio Roto (2001) y desde entonces vive ajeno al mundo del cine. Cumplió de sobra su cometido como niño de la película y escenas como en la que se adentra en la casa supuestamente maldita del pueblo son memorables… pero era un niño, no un actor.
3. Ana Diez

La directora vasca se proclamo ganadora de un cabezón a la mejor directora novel en 1989 por Ander eta Yul, una cinta que nadie recuerda y con razón. Le costó 8 años volver a rodar y lo más destacado de su segunda cinta Todo está Oscuro, es que un poster de esa película consiguió permanecer semioculto en un rincón de la facultad de ciencias de la información, por lo menos hasta 2006. Felicidades! Hasta la fecha ha realizado otros dos largos Algunas chicas doblan las piernas cuando hablan (2004) y Paisito (2008) que se estrenaron en el contenedor de desperdicios que suele ser el festival de cine de Málaga y poco más.
2. Miroslav Taborsky

Checoslovaco que apareció por el cine español de puritita casualidad para interpretar al traductor de alemán de la troupe de La Niña de tus Ojos de Fernando Trueba (1998). Le dieron un goya que le sirvió para aparecer en un par de capítulos de Petra Delicado (con Ana Belén y Santiago Segura) y de vuelta a su país. Recuerdo leer en su momento en algunos medios que se había tirado a Penélope, pero lamentablemente para él, parece que el que lo hizo era el que hacía de judío que no sabía tocar las palmas. Lo siento mucho por él.

1. Micaela Névarez

Puertorriqueña que gano un goya por hacer de prostituta colombiana en Princesas de Fernando León de Aranoa (2005). Y poco más… aparece acreditada cuatro años después en un papel de 3 frases en una producción mexicana. Supongo, deduzco y certifico que cuando piensa en hacer una película recuerda el olor del pelo del que fue su director y como que no. Dignidad ante todo, y hace muy bien.