El pasado verano, un trailer de una película aun inconclusa y una pagina web revolucionaron la red ofreciendo poco más que una fecha de estreno. Se trataba de Cloverfield, aqui rebautizada como Monstruoso. Detrás del producto J.J. Abrahams, cabeza pensante de Perdidos y director de la estupenda Misión Imposible III, en la dirección un seminovato Matt Reeves. Aquello fue lo mejor de un producto ciertamente decepcionante y muy poco estimulante visualmente del que lo mejor ya se pudo ver en el citado trailer pues el argumento es de lo más manido y visto. El titulo Cloverfield, hace referencia al nombre que se le da en la pelicula a los hechos acaecidos en la película. Algo enorme, desconocido y MONSTRUOSO ataca por sorpresa la isla de Manhattan llevandola a la completa destrucción. Cloverfield, al igual que la reciente [REC] (Jaume Balagueró, Paco Plaza. España 2007), opta por adoptar el punto de vista hiperrealista de una camara de video domestica. En esto caso se trata de un grupo de amigos en una fiesta los que se ven inmersos en los hechos y ofrecen el testimonio visual de lo que está ocurriendo. La diferencia básica es que mientras que [REC] sorteaba magistralmente el problema de la credibilidad convertiendo al camara en un reportero de TV, en Cloverfield la suspensión de la credibilidad queda en entredicho durante la mayor parte del film, resulta bastante ridiculo ver a alguien que continua grabando mientras salta de un edificio en ruinas a otro o que la camara sobreviva a un accidente de helicoptero.
Cloverfield se propone ser una reactualización de las monster movies japonesas post bomba atómica, pero se encuentra más cerca de ser la versión seria del Godzilla de Roland Emmerich (USA, 1998). Es muy fácil intuir en la cinta reflexiones en torno al 11-s , la amenaza del terrorismo internacional y sobre todo la imposibilidad de garantizar la seguridad y estabilidad de la sociedad. Resulta de lo más llamativo que en ningún momento se haga mención al origen de la destrucción, podría ser un ser de otro planeta, haber surgido de las profundidades del mar o ser un arma de destrucción masiva. Más interesante resulta el experimento de mezclar las imagenes de la actualidad, con fragmentos de una grabación previa en la camara que interfieren durante ciertos momento y que conforman un puzzle en torno a una relación amorosa, aunque una vez más la credibilidad se rompe pues las camaras digitales no superponen grabaciones. Monstruoso ofrece poco más que una hora y media de escenas tipicas de pelicula de catastrofes, muchas de ellas mareantes. Destaca la parte que transcurre en el metro y el grupo de actores desconocidos y los numerosos extras que si dan la sencación de estar viviendo una catastrofe a tiempo real. Un fiasco.
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