El nombre de Belle and Sebastian parté de una novela infantil francesa convertida en serie de éxito a principios de los 70 en torno a Sebastien, un chico de los Pirineos y su perro Belle. La banda fue formada en Glasgow en torno a Stuart Murdoch que habia compuesto unas canciones para un proyecto universitario de producción musical y estaba buscando gente con quien tocarlas. El objetivo final del proyecto era la publicación de un disco en el sello ultraindependiente Electric Honey. Tigermilk se publicó en una serie limitada de 1000 vinilos y el enorme boca-oreja surgido supuso para la recien nacida banda un contrato inmediato con Jeepster records, una independiente con mayor poder. Cuando a finales de 1996 publicaron el segundo LP If you are feeling sinister y una serie de EP se convirtieron ya en un éxito de minorías inmediato. En una época previa a las descargas ilegales Tigermilk permaneció durante unos años como una joya oculta, un tesoro al alcance de muy pocos oidos. Afortunadamente Tigermilk fue reeditado por Jeepster en 1999, en uno de sus momentos de máxima popularidad crítica y tras ganar un premio Brit por votación popular.
Entre los motivos principales por los que Belle and Sebastian es mi banda favorita hay algunos tan mundanos como que tienen la colección de portadas más bonitas que he visto nunca o que da igual el día y el momento pero siempre hay una frase o historia suya que parece haber sido escrita para ti. Otro de los motivos es la sensación que ofrecen sus canciones de ser una medicina para los débiles. Las canciones de Belle and Sebastian son tesoros para toda esa masa de seguidores del pop que somos auténticos desamparados sentimentales en busca de guiños de complicidad entre melodías y estribillos. Belle and Sebastian ofrecen un refugio para el incomprendido, el raro, el afligido y el solitario y le invitan a compartir su soledad, sus penas y momentos de euforia. A mediados de los 90 Belle and Sebastian calaron muy rápido en la fibra sensible colectiva de gente vulnerable y resignada, siempre dispuesta a escapar a no se sabe donde mientras intenta superar los traumas de una adolescencia cada vez más lejana.
Para muchos Tigermilk recoge la mejor colección de canciones de Stuart Murdoch, aqui se dan cita ya muchas de las constantes de su carrera. Crisis adolescente, melancolia, soledad, homosexualidad o la resignación de la clase obrera vertebran diez canciones brillantes. Expectations (triunfando ahora en el soundtrack de Juno) es uno de esos retratos grises de clase obrera que también se le dan a Murdoch, al igual que I could be Dreaming que pasa de ser una historia de sueños adolescentes a una historia sobre el maltrato en la segunda estrofa sin perder un ápice de fuerza. The State I am mezcla homosexualidad y religión, I don´t love Anyone un tratado adolescente de autosuficiencia emocional. Electronic Renaissance es una bizarra canción que mezcla electrónica analógica con texturas retro y We Rule the School una de sus mejores canciones, el eterno retorno a parajes de la infancia como punto donde aun todo es posible. Una maravilla siempre anclada en el pop folk de los 60 el que va de Bob Dylan a Nick Drake pero al que se le añade unos arreglos barrocos herederos del indie británico de los 80 y presidido por el humor y la ternura para inadapados de un Stuart Murdoch que se convirtió desde su primer disco en uno de los grandes songwriters británicos.
1. The State I Am In
2. Expectations
3. She´s Losing It
4. You Re Just A Baby
5. Electronic Renaissance
6. I Could Be Dreaming
7. We Rule The School
8. My Wandering Days Are Over
9. I Don t Love Anyone
10. Mary Jo
1 comentario:
Muy rica descripción del disco y de la banda de cámara de Murdoch.
Ayer los vi en concierto y aunque me parecieran un poco flojitos, me alegré de verles en persona.
Tigermilk es un disco mu chulo!
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