miércoles, 23 de enero de 2008

Los Crimenes de Oxford (Alex de la Iglesia, 2008)

1. EL RESPONSABLE. Un primer vistazo a los créditos y podria considerarse que tras las lineas maestras de la adaptación de esta intriga se encuentra la mente de productor Gerardo Herrero, y aunque esta cinta sea tan aburrida como todas las que él dirige, aqui hay una puesta en escena demasiado elaborada como para pensar en él. El encargo fue a parar a las manos de Alex de Iglesia, que va sobrado de talento visual y que parece el director adecuado para insuflar vida cinematográfica a una intriga tan cerebral y en la que el predominio absoluto es de la palabra. Si el objetivo de Alex de la Iglesia con esta cinta es ofrecer a los que le critican de reiterativo una muestra de que puede hacer algo diferente, desde luego lo ha conseguido. El precio pagado sin duda ha sido alto, no queda ni rastro de señas de identidad, acepto que suprima el feismo y el casticismo que abunda en las caracterizaciones de sus personajes y situaciones pero no que no deje ni rastro para el humor socarrón que tan bien maneja. Aqui no hay hueco ni para la fina ironía y el resultado es una película fria, distante y aburrida, muy aburrida.
2. EL RESULTADO. Decir de una película que lo que más te ha llamado la atención es la banda sonora que la acompaña (estupendo de nuevo Roque Baños) nunca es una buena señal. Si habitualmente se crítica al cine de Alex de la Iglesia por los excesos cometidos, a Los Crimenes de Oxford las críticas le deben llover por lo contrario. El diálogo es predominante a lo largo de toda la pelicula, perdiendose en innumerables explicaciones matemáticas y filosóficas. Es loable la labor de la Iglesia para mantener la atención del espectador en estas largas peroratas pero la sensación de que la acción no avanza es constante y el tedio domina sobre todo en parte central de la pelicula. A todo esto no ayuda que las relaciones entre los personajes no estén bien ensambladas con un personaje principal perfectamente suprimible y mal interpretado. Leonor Watling compone una Lorna grotesca e increible, que solo puede ser recordada por lo ridiculo de verla cocinar con el culo al aire. Mejor parado sale Elijah Wood cuya cara de pasmo constante es suficiente para dar la réplica a un John Hurt que lo tiene muy fácil para destacar sobre el nivel medio de la cinta. Lamentablemente el talento de la Iglesia solo aparece en puntos contados de la película como el estupendo y complejo plano que sirve para presentar por primera vez a todos los personajes, o esa escena tan hitchcockiana en la que muere uno de los miembros de la orquesta. Una muestra de talento desaprovechado.
3. PERO... si se observa la película desde otra perspectiva, mucho más reflexiva, entonces esta ofrece una interesante reflexión acerca de la imposibilidad de construir una realidad verdadera y rizando el rizo la imposibilidad mayor de construir una verdadera realidad cinematográfica. Semejante reflexión es la que ofrece con mucho mayor acierto Expiación (Joe Wright, 2007). Mientras que Los Crímenes de Oxford quedaría solo la logica matemática para poder acercarse al conocimiento en Expiación es la multiplicación de los puntos de vista la que es capaz de ofrecer una aproximación o reconstruccion de la realidad. Los Crimenes de Oxford es una cinta extremadamente nihilista, centrada en las falsas apariencias y en la imposibilidad de conocer la verdad absoluta, por eso en un acertado final los dos personajes centrales se acercaran a la verdad en una sala de falsificaciones de arte. Lastima que sea tan aburrida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siento si te desperté anoche de madrugada. Tan sólo quería cogerte la petaca, pero Libby se empeñó en fregar los platos.
Confía en mi reencarnación.
En cuanto gestione papeles y legalidad arranco con mi kayuco a Colón.
...Pero antes....tengo que saldar cuentas pendientes...


www.lostspeakinginthekitchen.com