50 años atrás el cine hacía historia en una fuente. No era una fuente cualquiera, sino la magna Fontana di Trevi, en el centro de Roma, una ciudad que vivía del cine en aquella época. En abril del 59 Anita Ekberg se bañaba a nueve grados de temperatura en la Fontana di Trevi, una de las secuencias más célebres del cine. Un año después la pelicula recibía la Palma de Oro en Cannes y cuando se estrenó la antigua Italia dio un salto de gigante hacia el mundo moderno. Una vez pasó la censura, La Dolce Vita generó una controversia feroz y profetizó casi con poderes sobrenaturales el advenimiento del mundo en el que nos hallamos inmersos. El escándalo tras el estreno al que se sumó la dura condena por parte del Vaticano y de L´Osservatore Romano contribuyó a la rápida expansión internacional de la película. Con la excepción de España, claro.
La película del maestro Federico Fellini retrata de manera fragmentaria los entresijos de una sociedad frívola, aburrida cínica y decadente que anticipa la crisis moral producida por la sociedad del bienestar y el consumo. En La Dolce Vita se retransmiten milagros a la carta, aparece la homosexualidad reprimida, las grandes fiestas y la superficialidad de la prensa moderna que se entrega al cotilleo puro a partir de la figura del paparazzo alter ego de Fellini encarnado por el siempre genial Marcello Mastroianni. Fellini, quitándose importancia, explicaba así la película: "Sólo quería decir que, pese a todo, la vida tiene una dulzura profunda, innegable". (...) "Porque así es la vida", sugirió Fellini.
Anita Ekberg y Marcello Mastroianni en la Fontana di Trevi
No es común que una película cambie el cine. La Dolce Vita lo hizo. Aún se pueden notar sus influencia en películas contemporáneas. La Dolce Vita muestra una Roma dinamizada por el fuerte crecimiento económico, una sociedad que vive ajena a la misería y el dolor de la guerra y en la que los signos crecientes de modernidad no hacen más que volver a sacar a la luz las viejas divisiones sociales. Han pasado 50 años. las tecnicas y recursos narrativos han cambiado pero La Dolce Vita sigue siendo un retrato cruel y amargo de una sociedad a la deriva. Sigue siendo un retrato fiel de nuestros días.
Marcello! ¿dónde estas?
Marcello y los payasos tristes
1 comentario:
Hace poco lo comentaba en otro blog, La dolce vita y 8% son dos grandes obras de la historia cinematográfica, y cierto, su mensaje no dista mucho de la actualidad...
BeXotes
Xim
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