martes, 22 de junio de 2010

Día de la Música Heineken: The XX + Standstill + Polock

Los fastos del día música finalizaron ayer con una cita en el circo Price de Madrid para ver el debut de The XX en la capital junto a una nueva visita de Standstill. Una noche excelente sobre el papel que acabó con un resultado mucho más mediocre que el de la selección española. A pesar de todo, se agradecen estos actos gratuitos y tan apetecibles en los que además es tan fácil colarse poniendo cara de retrasado.


Polock

La noche comenzó con uno de esos grupos chungos chunguisimos que pululan por la peninsula sin razón de existencia. Un quintento valenciano que parecía recien salido de la sala de ensayos. Dicen que hacen rock bailable, pero más bien parecían una operación reciclaje de cualquier banda noventera con aspiraciones a sonar en radiofórmula. Para rematar la faena mortal atacaron con premeditación y alevosia y con la ayuda de Standstill una destrozona versión de Race for the Price de The Flaming Lips. Por cosas menores fusilan a mucha gente en el mundo. 0



Standstill.

Los catalanes viven su mejor momento comercial tras la publicación del triple EP Adelante Bonaparte. Un disco conceptual, excesivamente ambicioso y que aunque cae en la pretenciosidad y en el sopor en algunos pasajes sigue guardando momentos estupendos. Otra cosa es llevarlo al directo. La sucesión ordenada y lógica de un disco conceptual como Adelante Bonaparte hace crecer las canciones y explotar su componente emocional facilmente. Por el contrario, desgranar estas canciones a modo de puzzle  las hace quedarse muy pequeñas en comparación con los celebrados temas de Viva la Guerra (2006) y Standstill (2004). La reacción del público fue obvia, algunas canciones las recibia "Mientras el universo ronca" y el resultado fue sólo tibio. 5.5


The XX

El trío británico fotocopiaron su show del pasado Primavera Sound punto por punto. Comenzarón con un sonido que oscilaba entre lo nefasto y lo penoso. Bajos solapados y voces ahogadas que te hacían parecer que el concierto se estaba celebrando en la habitación de al lado. Al transformar el final de Shelter en una pieza bailable, tocan una tecla mágica que transforma un concierto deficiente en un show notable. Desde ese momento el sonido se vuelve cristalino, envolvente e hipnótico. Lastima que sea solo un tercio de un fotocopiado show. El beneficio de la duda de hace un mes ya no lo tienen y ahora sólo queda esperar un segundo disco que se les antoja muy complicado y que aprieten la tecla mágica antes. 4


Lo que Polock y Standstill destrozaron anoche

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me he imaginado tu cara de retrasado frente al portero del Circo.
Se te da tan bien poner esta cara. Y me gusta tanto....
Tu cari de hoy (mx)