Todo artista tiene derecho a que se olviden los puntos más negros de su trayectoria, pero como el programa Hormigas Blancas enseñó, el pasado siempre vuelve. Ejemplos hay muchos. A Penélope Cruz seguramente no le guste que le recuerden que una vez se puso el traje de Melibea y nos obsequió con una de las peores interpretaciones vistas de aquí a Saturno en La Celestina (1996). Sean Penn habrá quemado las fotos de su matrimonio con Madonna y preferirá no recordar que estuvo a su altura interpretativa en Shangai Surprise (1986). Sofia Coppola aun lamenta el día en que tuvo que sustituir a Winona Ryder en El Padrino III (1990) para hacerle un favorcillo a su padre y Julia Roberts aun se pregunta en que estaba pensando el día en que decidió ser la Campanilla de Steven Spielberg en Hook (1991). Maribel Verdú no iba a ser menos y Tres Palabras (Antonio Gimenez Rico 1993) que vi ayer a la búsqueda de algo casposo aun debe perseguirle día y noche a la protagonista de Siete Mesas de Billar Francés.
Según la base de datos del ministerio de cultura, 101.783 espectadores tuvieron el enorme placer de pagar una entrada de cine para ver esta producción auspiciada por Antena 3 en noviembre de 1993. La película, un melodrama insufrible, cuenta la historia de amor entre un director de cine y una cantante de boleros española, María Galván revivida 30 años después por el mismo director de cine ya entrado en años y la hija de la cantante de boleros, Lupe Galván. Al director de cine le dan vida Fernando Guillen Cuervo en los años 50 y su padre Fernando Guillen en los 90 y a la cantante y a su hija una guapísima pero desnortadísima Maribel Verdú. “Es un melodrama, una de esas películas que ya no se hacen de amores eternos” contaba la protagonista del film a El País. Afortunadamente ya no se hacen habría que añadir. La película está dirigido por el amigo de José Luis Garci, Antonio Giménez Rico, parece un capitulo de una producción televisiva de cuarta y es una de esas grandes cagadas del cine español sin razón de existencia.
La Verdú, que cada año está más guapa y es mejor actriz, protagonizó este engendro con 23 años tras trabajar con Fernando Trueba en Belle Epoque (1992) y Bigas Luna en Huevos de Oro (1993) y muy poco antes de convertirse en casquivana Canguro (1994-1996) en la mejor-peor serie de la década de los 90. La Verdú tuvo el dudoso honor de cantar en la película y no contenta con ello tuvo el valor de sacar un disco al mercado con diez boleros clásicos del que no he encontrado cifras de venta pero que pienso irme a buscar a La Metralleta esta tarde mismo.
La actriz le contaba a Elsa Fernández Santos para El País en 1993 que cuando tuvo que darle un largo y apasionado beso a la actriz portuguesa María de Medeiros en la película de Bigas Luna Huevos de Oro se imaginó “para concentrarse” que besaba al actor norteamericano Matt Dillon, pero para cantar Me Fallaste, corazón o Contigo en la distancia no tuvo que ir tan lejos. Pensó en sí misma. “Es fácil cantar canciones de desamor porque a todas nos han dejado y nos han hecho daño alguna vez” decía. "Cuando me ofrecieron la posibilidad de cantar yo misma los boleros me lo pensé, pero no mucho. Si tenía la mínima posibilidad de trabajar mi voz, lo haría. Una actriz tiene que prepararse para todo; si tengo que montar a caballo, monto; si tengo que tirarme a una piscina, me tiro, y si tengo que cantar, canto. Es parte de mi trabajo y así hay que verlo". La efímera estrella del mundo discográfico afirmaba que no hubiera sido lo mismo si en lugar de cantar boleros le hubieran ofrecido cantar rock. “Yo no me veo dando saltos como una rockera, a mí lo que me pega es la salsa o los boleros, música más caliente. Para los boleros es tan importante la voz como saber interpretarlos” afirmaba la madrileña.
En una entrevista para el Fotogramas de Junio de 2010 Maribel repasa su carrera y habla con la naturalidad que la caracteriza de sus tropiezos y fracasos. “Después de Y tú mama también, me ofrecieron una cosa, no estaba nada mal, me molaba el reparto, consulte con amigos, con Resi (Antonio Resines), acepté, y lo primero que me dijo el director y la manera en que lo dijo fue suficiente para que me diera cuenta de donde me había metido y llamara a mi representante y le dijera: ¡Al loro, que Tres Palabras va a ser Lo que el Viento se Llevó al lado de esto!”. Es la voz de la experiencia, pero me deja una duda… ¿Cuál es esa fantástica película que debió producirse en torno a 2002 de la que se apeó?
Que disfruteis con su afinado bolero...
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