Bianca y Sierra Casady son dos hermanas norteamericanas a la que de pequeñas llamaban respectivamente Coco y Rosie (a mi me suena a que les decían " o os estais quietas o viene el CocoRosie"). En 2004 se reunieron en Paris y grabaron su disco debut La Maison de mon Rêve (la casa de mis sueños), con un sonido lo-fi, casero e intimo para dar lugar a frágiles melodias que se arrastran entre guitarras acusticas, bases electrónicas, hiphop y un arsenal de sonidos de todo tipo como palomitas de maiz al explotar, una máquina de escribir, cafeteras de vapor, sirenas, lluvia sobre el cristal, coches de juguete o su ya archifamoso piano infantil con sonidos de animales de granja. Todo tiene cabida en el misterioso y delicado universo de las Casidy, donde la voz a lo Billie Holiday de Bianca se complementa con la afectada y susurrante voz de Sierra. Folk de alcoba para un disco lleno de emoción, simplicidad y belleza grabado y mezclado en su casa y en el que a pesar de sus sonidos infantiles sus letras tienen poco de inocentes, centradas en el machismo, religión, racismo o la hipocresia social. Terrible Angels y By your Side (utilizadas para anunciar perfumes, coches y creo que algo más) son dos de los temas más destacados, autenticas maravillas a las que se unen perlas tan delicadas como Good Friday o Candyland. En su carrera posterior han ido perdiendo emoción y delicadeza a favor de un tono mucho más pretencioso y petulante, pero su disco debut sigue destilando magía.
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1. Terrible Angels
2. By Your Side
3. Jesus Love’s Me
4. Good Friday
5. Not For Sale
6. Tahiti Rain Song 7. CandyLand8. Butterscotch
9. West Side
10. Madonna
11. Hatian Love Songs
12. Lyla
En este video las CocoRosie interpretan Hairnet Paradise, un tema de su segundo disco en el salón de su casa.






























Buda Explotó por Vergüenza transcurre en el Afganistan post-talibán, en una zona fronteriza de antiguo culto budista donde unas enormes estatuas de Buda excavadas en la roca fueron destruidas. En el primer plano se muestras la destrucción de esas estatuas, inmediatamente se nos sitúa en el día a día de la gente que vive en las cuevas horadadas en ese lugar. Alli vive Baktay una niña que tiene celo de su vecino porque va a la escuela. La simple peripecia de Baktay por comprar un cuaderno y un lápiz para intentar ir a la escuela se convierte en una auténtica odisea. Hana Makhmalfab se desmarca pronto y otorga a su película una intención demasiado explícita, la película acaba naufragando por convertirse en una obvia metáfora política apta para todos los publicos. La puesta en escena naufraga entre una estética directa llena de primeros planos y otras secuencias más elaboradas pero artificiosas, al igual que un guión que naufraga entre momentos ciertamente tiernos y otros dominados por una pretenciosidad festivalera que no convence. Cuando Hana Makhmalbaf opta por plasmar la realidad cotidiana se acerca al mejor Kiarostami y alcanza un momento sublime en ese encuentro con el oficial de tráfico sin tráfico pero cuando opta por denunciar los estragos de la guerra sobre la infancia, Buda Explotó por Vergüenza adopta el trazo grueso y parece demasiado preocupada por convencernos de algo de lo que ya estamos convencidos. 

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La primera parte de la película transcurre narrativamente muy medida, precisa y equilibrada mientras que la segunda adolece de ciertas complicaciones y desmesura, seguramente producto de la tarea de haber tenido que aligerar un metraje muy excesivo. Esto hace que en esta segunda parte se diluyan las motivaciones de los personajes centrales y sea complicado llegar a comprenderles por lo que acaba por formarse una especie de cuadro abstracto que efectivamente rompe con las estructuras rio antes mencionadas. En ese sobrio final, en esa casa que tanto recuerda a Ciudadano Kane, ni siquiera el recurso aclaratorio típico del cine clásico es capaz de explicarnos ciertas cosas. De nada sirve aqui un flashback. Destaca en la película esa fotografia ganadora de un oscar, tan petrea que recrea de forma perfecta ambientes turbios y llenos de desconfiaza, la angustia de la mina, la oscuridad de la cabaña... Una película que recae sobre los hombros de Daniel Day Lewis, actor tremendo que acaba por resultar muy sobreactuado en el tramo final, aunque bien mirado es el Daniel personaje el que acaba por sobreactuar. Un nuevo paso hacia el grupo de los más grandes de Paul Thomas Anderson. Aunque esta vez , a pesar de todos los valores estéticos y narrativos de Pozos de Ambición no ha conseguido llegar a emocionarme tanto como con Magnolia o la deliciosa Embriagado de Amor.